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Foto del escritorJhanell Ferrer

Análisis de la novela La vida no tiene nombre

La vida no tiene nombre de Marcio Veloz Maggiolo nos traslada al escenario la República Dominicana de principio del siglo XX cuando fue ocupada por las tropas norteamericanas entre 1916-1924. Dentro de esa esfera se ocupa Marcio de contarnos una historia de un gavillero que en su sus últimas horas antes de ser fusilado por Trujillo empieza a contar la travesía de su vida. Empezando con su madre Simián, una haitiana que cruza la frontera, y se ve obligada a prostituirse; el Sr. Vieth la recoge, y la hace su sirvienta y también, el reemplazo de su esposa cuando falta en casa. De esa unión violenta e infiel nace Ramón, un joven que apodaban El Cuerno. En su historia relata un odio incomprensible de parte de su padre y de su hermano, al que atribuye por ser negro, y los demás blancos. Es decir, es víctima de un racismo crónico desde su nacimiento, además, aparte de que su padre buscó de todas manera que Simián abortara.


En un principio de la historia de Ramón alias El Cuerno empieza diciendo que será fusilado por dos crímenes: Haber combatido a las tropas norteamericanas por su país, y el haber matado a su padre. En ese momento el lector entra en oposición de juicio, y se pregunta: ¿un patriota y asesino de su progenitor?


A este análisis cito un segmento que describe Ramón sobre la crueldades cometidas por los gringos en su ocupación forzosa y también explica las razones por las que se convierte en un gavillero:


Me enrolé cuanta banda había entre los montes y los cañaverales. Los gringos nos perseguían como fieras. Nos soltaban enormes perros y nos rociaban ametralladoras. ¡Ay los que caemos priosioneros! Yo presencié en Los Llanos cómo marcaban con un hierro caliente a un viejo compañero de infancia. Luego le metieron un embudo y le vaciaron por lo menos dos galones de gas oil. Lo dejaron allí, colgado de los dedos gordos de la mano, como escarmiento contra los que nos atrebiamos a luchar contra los marines americanos, porque aquellas cosas sólo nos incitaban a la venganza. Sentíamos ese rencor que nos mata sin saberlo. Ese rencor que llevamos, que yo llevo, que todo el dominicano lleva como una carga de algodón: un rencor liviano y perdurable. (Veloz, 2012, p.32).


Esta obra muestra la desmemoria de un pueblo que se acostumbra a la opresión y termina persiguiendo a sus héroes, a los gavilleros, que se sacrificaron para evitar la ocupación de los gringos. La pobreza que abunda en la clase campesina, la miseria en recompensa del trabajo del hombre campesino que trabajaba de seis a seis. La pericia de Simián, una haitiana que emigra a una tierra desconocida y se ve obligada a prostituirse por un rabo de yuca para sobrevivir. El padre, el Sr. Vieth, que odia a su hijo bastardo producto de una violación y una borrachera. El inicio de la carrera del dictador Rafael Leonidas Trujillo al servicio de las tropas norteamericanas que luego de subir al poder una década después tendría un discurso patriótico. Una moraleja que nos dice sobre los caminos de una lucha a ciegas por un pueblo sumiso e ignorante, subyugado por la hambruna y las propinas. Un esquema que se repite en la actualidad en la clase política dominicana. El apoyo de los medios de comunicación y la propaganda desarrollada por los gringos hizo que la población dominicana denunciara a los gavilleros por alguna recompensa o simpatía para permanecer.


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1 Comment


Jhanell Ferrer
Jhanell Ferrer
Jul 25, 2020

Gracias a los nuevos y futuros lectores, por su valioso tiempo dedicado a leernos. No olviden suscribirse para recibir las nuevas entradas de nuestro blog https://tertulialiteraria.wixsite.com/tertulialiteraria

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