El cuento Las ruinas circulares del argentino Jorge Luis Borges, fue publicado en diciembre de 1940 en la revista literaria Sur. En 1941 fue incluido en la colección El jardín de senderos que se bifurcan, que más tarde formó parte de Ficciones.
En Las Ruinas circulares Borges nos introduce en un universo fantástico que relata la historia de un hombre que llega herido a unas ruinas ocupadas por templos, más allá busca soñar a otro hombre a su imagen y semejanza, dicha acción le toma tiempo para que este pueda evolucionar su capacidad, así como su creación que va tomando su misma forma. La esfera lingüística gira en torno a la nada, a los sueños, al querer hacer y crear, resaltan las siguientes palabras que forman parte del nudo narrativo: nadie, fuego, cenizas, ruinas, templo, soñar, hombre, quería. “Quería soñar un hombre e imponerlo a la realidad”, (Borges, 2017, p.40). Entre otras cosas, buscaba un sujeto capaz de ser un individuo. Nos obstante, la voz narradora lo nombra la creación Fuego, Adán de sueño, el hombre soñado, y confiesa que: “buscaba un alma que mereciera participar en el universo”, (Borges, 2017, p.40). Una idéntica a él, que sirviera de entrada a la que desaparece y la va moldeando con las características del cuerpo humano.
Desde un principio Borges da las claves de la localización de la historia, cuando se refiere al idioma zend, y también agrega que se trata de un idioma no contaminado por el griego, es una referencia clara de que se trata de un lugar ubicado en las líneas del tiempo del Imperio Persa. Por otra parte está la forma de invocar al hombre en las primeras palabras: “Nadie lo vio desembarcar de la unánime noche”, (Borges, 2017, p.39). Se refiere a un extranjero que vino del Sur, que llega con el propósito de soñar, que en vez de rebelarse a la muerte buscará la forma de crearse así mismo. El Adán soñado, se da cuenta “que la muerte venía a coronar su vejez”(Borges, 2017, p.44). ¿Se habrá soñado joven y con vida? Al final Borges (Borges, 2017) nos cuenta que: “Con alivio, con humillación, con terror, comprendió que él también era una apariencia, que otro estaba soñándolo,”(p.44). Así que bajo un idealismo eterno de círculos, la mente da forma y crea la realidad, como en esta pieza de Las Ruinas circulares.
Borges, J.(2017), Borges Esencial, Jorge Luis Borges. Portugal: Penguin Ramdon House Grupo Editorial.
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