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Foto del escritorJhanell Ferrer

El cochero invisible del cuento La tristeza de Antón Chejov

La tristeza es un cuento realista del escritor ruso, Antón Chéjov. Se publica por primera vez en (1885) y nos relata la historia de un cochero que pierde a su hijo y por esa razón busca ser escuchado por otro ser humano que le permita desahogar sus penas. Se desarrolla en Rusia a final siglo XIX, en la ciudad Viborgskaya. El cochero Yona busca ser escuchado y mitigar la carga emocional que posee, porque este no se resigna ni acepta la muerte de su hijo: “Mi hijo ha fallecido, pero la muerte no me quiere a mí. Ha cometido una equivocación, y en lugar de cargar conmigo, ha cargado con mi hijo” (Chejov, 2017, p.347). En la cita anterior se refleja un disgusto con el destino que irrumpe el ciclo natural de la vida, sucediendo lo contrario, al que los padres mueren y los hijos lloran su partida.


Chéjov nos entrega un cuento realista cargado de emociones, donde cuenta la cruda realidad de un cochero invisible para las personas que le rodean, tanto así, que no ocurre sino al final, que es escuchado por un ser vivo (su caballo). En la trama está presente el tema de la urbanización y los cambios sociales producidos por la Revolución Industrial que impacta a Rusia durante el siglo XIX. En consecuencia, nuestro cochero invisible, Yona, afirma que su hijo murió a causa de una de las tantas enfermedades que existían en la época. En cada línea escrita el narrador lo describe así, como en la siguiente cita: “Sentía una imperiosa e irresistible necesidad de contar su desgracia” (Chejov, 2017, p.348). Describe el entorno en condiciones precarias y sin poder ser atendido, denotando que no había respuestas científicas para curar de manera eficaz y dar respuestas a las enfermedades surgidas en el seno industrial. Además de la evidente deshumanización, el cuento posee otros temas que tocan las fibras de la desigualdad, el maltrato animal, la insignificancia de un ser viejo y sin descanso para una sociedad que aparentemente vive su mejor momento de progreso.


El cuento posee una narración breve y lineal, contada en tercera persona. La voz del narrador pinta la realidad tal cual la observa, describe la tristeza sin alegrías y sin colores, la pinta como es, cargada de melancolía, angustia, dolor, nieve y hambre. Por eso puede estremecer el alma del lector cuando dice: “Se quedó solo con su caballo. La tristeza le invadió de nuevo su corazón fatigado, de manera más dura y cruel. Observa la multitud que pasaba por la calle, buscando entre millares de transeúntes a alguien que quisiera escucharle” (Chejov, 2017, p.345). Para ambientar la angustia que vive Yona, Chejov utiliza la nieve como un espejo que refleja la deshumanización de la multitud ante una situación que no les compete.


Desde el comienzo de la historia La tristeza, vivimos un personaje invocando la realidad que sumerge al cochero y a su caballo en un mismo ser y por eso confiesa el narrador: “Yona y su caballo, siempre estaban entregados a tristes sentimientos” (Chejov, 2017, p. 343). El caballo, su compañero de frío y trabajo, tiene una carga muy pesada en sus hombros, porque este recibe la carga emocional y física de Yona, por eso, el narrador en un principio dice: “Un hombre o un caballo”, (Chejov, 2017, p.343). Es decir, Yona y su caballo son un mismo ser, un solo sufrimiento, La tristeza humana y animal en carne propia, a mi juicio, el cochero invisible...



 

Dostoievski, Chéjov, Gógol, Toltoi, otros, (2017). Los mejores cuentos rusos. España: Mestas Ediciones.

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